Dionicio entró en la Curacao con el objetivo de comprar una televisión. Jamás se imaginaría que la vendedora bonita terminaría haciendo una transacción con su corazón. El amor es raro, se aparece cuando uno menos lo espera. Carolina miraría de nuevo al hombre que había capturado su mirada en el lugar menos esperado… una funeraria. Sería en el funeral de su Tio dónde de nuevo miraría a Dionicio. Él estaba allí por su sobrino. Quizás dos almas celestiales los juntaban, pero Carolina se quedó callada hasta que de nuevo entró Dionicio a la tienda para hacer un pago. Las largas conversaciones comenzarían y aunque Dionicio sólo tenía que hacer un pago al mes, terminaba haciendo varios cada vez aprovechando hablar con Carolina. Lo que comenzó como un negocio, continuaría como una amistad, terminaría como tal el destino lo había planeado… Amor.
Bonicos MaderaThese pictures absolutely capture the sweet love they have for each other.
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